Buscando el sonido
no dudaba.
Cuando se desafina,
por veredas, calles
Y balcones,
le recuerdo siempre
escuchando.
No dudaba
pues nunca olvidó,
el bombardeo en Colonia,
del gran órgano,
de la Academia,
gimiendo desgarrador,
a través de las llamas.
Cómo no iba a saber
afinar el sonido de nuestros tropiezos,
choques y heridas encendidas,
hasta la armonía soñada.
Si buscamos,
Tampoco olvidaremos.
En memoria de Franz Mohr, afinador musical.
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