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12 de mayo de 2024

Nishi y Uranus

15 de Agosto de 1932. Los Ángeles.

Takeichi Nishi va ser el único jinete japonés que gana un título olímpico de salto de obstáculos  individual.
Lo logra montando a Uranus, un caballo comprado en Italia sin verlo, por una corazonada.
Un triunfo con toda la altanería y rabia de un hijo ilegítimo de un Ministro de Asuntos Exteriores japonés del que heredaría el título de barón.

Consumado juerguista, hizo grandes amistades con las celebridades de Hollywood, Douglas Fairbanks y Charlie Chaplin entre ellas.
Pero tras el ataque japonés a Pearl Harbour y la entrada en guerra de Estados Unidos, comprendió dividido que debía defender a su país.
Desde sus destinos militares visitaba a Uranus, tanto cuando le destinaron a Manchuria como a IwoJima, con la última visita semanas antes de su muerte, donde estaba destinado como director de la sección de tanques.
Fue una de las batallas más encarnizadas de la guerra del Pacífico.
Un alto mandó estadounidense Shy Bartlett le conmino a rendirse: ”No queremos matar a un campeón olímpico"
No contestó.
Nadie se rindió y fueron exterminados. De los 20.000 soldados japoneses se hicieron tan sólo 216 prisioneros, los estadounidenses en 34 días de batalla tuvieron 25.000 bajas, de ellos 6.600 muertos.
De Nishi no sabremos nunca cómo murió, se habló de suicidio pero también de tiroteo en una encerrona o víctima de los lanzallamas.
Uranus murió una semana después.





El director de cine Clint Eastwood tomó como protagonista al teniente coronel Nishi de su película “Cartas desde Ivo Jima".





5 de mayo de 2024

El gigante Geesink


Tokyo. Viernes, 23 de Octubre de 1964.

15.000 personas en el Nippon Budokan en silencio. Todo es oriental, el lugar, la especialidad de lucha, el rival y la mayoría de los espectadores. 
El japonés Akio Kaminago y el holandés Anton Geesink están en la lucha por la medalla de oro olímpica sin límite de peso.
Después de los rituales de saludo, están ya aferrados al kimono del rival.
Geesink que es campeón mundial, lleva al suelo inmediatamente a su rival pero este se libera los nueve segundos. 
El combate se alarga y la tensión en el tatami es extrema, Kaminaka lanza un ataque sorpresa entre el clamor del público y Geesink contraataca y en el volteo gira, logrando colocarse en encima de su rival, inmovilizándole con la presión de sus 115 kilos de peso.
A los diez segundos hay un golpe de riñones del japonés intentando inútilmente zafarse de la presa, diez segundos más tarde otro movimiento espasmódico de Kaminaka con Geesink mirándole a los ojos.
Y a los treinta segundos suena la campana con la victoria de Geesink, que se levanta inmediatamente para cumplir el ritual, de recomponerse el kimono, arrodillarse, saludo e incorporación.
Marcel Hansenne el periodista de L’Equipe titulaba: “Geesink ha hecho llorar a Japón"
Pero lo que recuerdo siempre es la sonrisa de Akio Kaminaga abrazando a Geesink antes de su despedida.
Un viejo maestro se consolaba: La victoria de Geesink es también la nuestra puesto que ha sido en el Kodokan donde ha perfeccionado su técnica.
El judo, esa lucha en que ancestralmente juega la sabiduría, encontró al más sabio y al más fuerte. 

Geesink el profesor más amable y humilde de toda una generación de judokas, fue miembro del Comité Olímpico Internacional en 1987 y la Federación Internacional de Judo le concedió en 1997 la categoría de décimo Dan, el más alto nivel de este deporte.






Tres nuevos libros recomiendo en este nuevo capítulo: Le fabuleuse Histoire des Jeux Olimpiques. Robert Pariente et Guy Lagorce. Editeur Francés Loisirs 
Le Histoire (s) des Jeux Olimpiques. Richard Wawrzyniak. Mareuil Editions
Y la amena recopilación de Alfredo Relaño: “366 (y más) historias de los Juegos Olímpicos, que deberías conocer. Espasa.