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23 de junio de 2016

Camino a las Olimpiadas. Road to the Olympics (V)

El Discóbolo

Aquí, en este estadio de Tokyo
la luz es de las voces,
todavía hay coros,
y la danza la pone,
el gigante dolorido,
perfilado ante el sol.


Al Oerter (1), inmovilizado el tórax,
por su cartílago desgarrado,
con collarín, para su vértebra dislocada,
arranca de espaldas con las piernas abiertas,
más elevado en su quinto intento,
gira mucho más rápido,
a contramundo, en el estrecho círculo,
y termina, arqueado el cuerpo,
con el impresionante latigazo final,
que arrastra su cuerpo,
en un último salto,
hasta caer sobre su pierna derecha,
al borde del círculo.

La maravillosa vista, está
en la hierba, al lado del círculo,
a sus espaldas.

El disco vuela,
cruzando el sol mariano,
en trémolo continuo sobre la alta brisa,
cae con grandes interjecciones.

61 METROS

Ha sido su más grande victoria olímpica.

Era su tercera victoria olímpica consecutiva,
se añadiría una cuarta,
no siendo nunca el favorito.

Como diría Baquílides, "La abeja Isleña"
poeta olímpico e hijo de atleta,
"En cada acto de los hombres, el momento oportuno,
es el más hermoso".


Todo ello fue único,
con la profunda belleza antepasada,
de su estilo.






























(1) Al Oerter venció en cuatro Olimpiadas consecutivas.

En Melbourne (1956) con apenas 20 años, logró su recórd personal (56,30), en su primer tiro. En Roma, (59,18) también su marca personal, derrotando al recórdman mundial Rink Babka. La victoria de Tokyo (1964) es descrita en el poema. Se presentó a lanzar, contra todos los consejos de los médicos.
Y por último en Mejico, (1968), bajo la lluvia, realizó los tres mejores tiros de su vida, por encima de los 64 metros.

     Al Oerter won the gold medal in four consecutives Olympic Games.

In Melbourne (1956) barely 20 years old, made his personal best in his first shot. In Rome, (59,18) also personal best, beating the world record holder Rink Babka. Tokyo´s triumph is detailed in the poem. He turned up to shoot, against all the advices from the doctors.
And for last, in Mexico (1968), under the rain, he made the three best shots of his life, all of them above 64 metres.