Google+

25 de octubre de 2015

Bebed Cacao Van Gluten


¿Su último deseo,
                        para la cena?

¿No come? ¿Enfadado?
 Psicólogos:
“Venimos a ayudarle,
                        a bien morir."
“Aliméntese.”

Luego, los pasos nocturnos,
ya lejanos,
sobrecogen al edificio.

No se le concedió un sueño,
pero lo tuvo.
Un sueño vivo,
que seguía,
con su último deseo,
al amanecer.

Gritar antes de morir:
"¡Bebed Cacao Van Gluten!"
y la vida resuelta,
para su desconsolada familia .
¡Escandaloso!            
“El fin es noble, caballeros,
pero hay que respetar
la ejecución,
algo muy serio”.


Y así fue,
en la silla,
ni un grito,
si, un quejido,
pues la ejecución,
no fue perfecta.
Sin publicidad,
“Correr las cortinas",
para que no sufra,
ante nosotros.
Destellos finales,
voces bajas,
últimos pasos.            


(1)  Hace más de un siglo, en Rusia, la firma Cacao Van Gluten, prometió pagar una pensión, a la familia de un condenado a muerte, si éste, antes de la ejecución, gritaba “Bebed Cacao Van Gluten". Todos los detalles de la narración corresponden a la ejecución reciente de un condenado en Estados Unidos.
              

18 de octubre de 2015

Del Cementerio de los Ingleses


Aquí en lo alto de Urgull (1),

a los ingleses,

nadie, ni nada, los despertará.


Pero, ¡No hagáis ruido!

¿Oís el halito de la piedra,

tallada  por las viejas inscripciones?


“Honor a los héroes,

que solo Dios conoce”…

y quizás recuerde,

en el primer amanecer,

de su muerte,

un luminoso día de Julio,

de mil ochocientos treinta y siete .




Desde arriba, sobre el espumoso mar,

eché tus cenizas,

“con el olor que consuela,

hasta las delicadas sombras",

las delicadas sombras,

de aquellas matanzas,

y de estas desperdigadas,

mas recientes,

de allí abajo.



Mi  latir  en el recuerdo,

sigue el vuelo de los pájaros remotos ,

empujados sin ninguna misión,

por el viento silbante.


Un eco lejano,

asciende sobre el mar,

con todo lo soluble de Donosti,

cruento o incruento,

voces viejas o nuevas,

bajo un cielo,

ligero y permisivo,

casi burlón.


Sube lentamente,

sin ninguna señal.

Nada, nadie,

se mueve,

no esperaba más.



(1) En la ladera del Monte Urgull, en San Sebastian, frente al mar, se encuentra el

cementerio de los militares ingleses,  muertos en la primera guerra carlista.  

 
"Y quizás recuerde"


10 de octubre de 2015

Hacia lo alto


El café está caliente,
olor a leña,
¡Todo tan presente,
y fiel al mediodía!

La vaca, inmóvil,
mirando hacia lo alto,
a un cielo límpido,
casi blanco.
Quizás su pastor,
sentado,
la cabeza entre las piernas,
y su gran cuerpo de pana,
con sus pesados zapatos,
podría hundirse en la tierra,
con su banco.

¡Mi casa de entonces!
¡Las ventanas cerradas!
¡Todavía su voz!
¡Aquellas risas y lealtades!
¡Se dejaron abierta,
la puerta!.

La vaca continúa impávida,
 y el pastor hundida la cabeza,
con la tierra esperando.
El café está frío.




4 de octubre de 2015

Nevada en Donosti


En fulgor blanco,

la nieve,

universal y silenciosa,

cubre La Concha,

la trainera de Orio,

y en lo alto,

el Cementerio de los Ingleses.

Los tamarindos del paseo,

mas que nunca,

no son tamarindos.

El menor de los Azpiroz,

viene del cantar navideño,

no olvida,

entre los ojos,

lleva una luz apagada,

y contempla el coche fúnebre,

de Apalategui,

cubierto por la nieve,

en la Calle Hernani,

mientras, corre por el paseo,

rechinando las zapatillas,

sobre todos los susurros

acolchados de la ciudad,

el mayor de los Arrieta.

Se parará pronto,

por ella, y el perdón.


Bajo un cielo límpido,

ardiente en la luz helada,

tras su parto,

el mundo se abre,

a los inocentes de blanco,

que cantan al amanecer,

y luego se callan.

 
“Huellas del mayor de los Arrieta
por el Paseo de la Concha”