Deberían haber llegado,
sentenció Enrico (1),
tiempo ha.
¿Existen?
O quizás como nosotros,
no pueden,
no podrán nunca,
acompañar,
a esas luces remotas,
que nos llegan,
casi fúnebres.
Nunca es tarde
todavía,
pero quizás,
estamos solos,
infinitamente solos,
los vivos,
y nuestros espectros
más queridos.
Infinitamente todavía.
(1) Así afirmaba el gran físico Enrico Fermi la imposibilidad de que nos visitaran habitantes de otros planetas, con un tono que no nos auguraba un buen final, en nuestra milagrosa soledad.
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