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10 de mayo de 2021

Una historia infectada de amor

 


Mayer Kirshen Blatt y Barbara Kirshen Blatt

















Él y Ella, eran apocados. 

Él, apocado por Zamora,

Ella, apocada por Soria.

Ambos de edad indefinida,

sí, de edad indefinida. 

Casi a la vez, 

entraron por la puerta roja,

del hospital más frágil,

de Madrid.

Les colocaron,

A la distancia justa, 

para una gran descarga,

erótica y amorosa.   

Aquel día,

el reloj blanco del hospital,

marcaba, las diez, 

en la habitación 9, 

con tiempo suficiente,

nada de “Boda Negra” (1),

¡De batas y blancas!

Imposible describir,

como fijaba ella la mirada,

Ni de él, el fondo  

de sus ojos saltones,

la juez temblando en pantalla. 


Desayuno lleno de luz, 

para salir tan juntos,

por la puerta blanca,

con la convicción,

de que la pandemia,

ya no iba a ser,

lo que era,

de acuerdo a los expertos,

y admiradores, de esta historia,

tan romántica y eficaz,

sí, de acuerdo,

tan romántica y eficaz.



  1. Siguiendo una antigua superstición, se celebraban las llamadas "bodas negras", en los cementerios, entre parejas perjudicadas, que se ofrecían voluntarias, a veces sin conocerse entre sí, para implorar la piedad de la providencia divina, ante la pandemia. Con ocasión de la gripe española, se celebraron varias, entre otros sitios, en Nueva York.









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