“El virus de la esperanza.
Le había transformado".
Azorín.
Para recordaros,
Como merecéis,
necesito esperanza,
Y la mía, Emilia,
no tiene plumas, no vuela.
Sobresaltado, alzo la mirada,
deslumbrado por la liquida luz,
Y un pinchazo,
que levanta,
mi orgullo moral.
“Por los que no pudieron"
Luz blanca,
de los dos firmamentos,
el de las estrellas,
sobre nuestras cabezas,
y desde ahora,
el de los virus,
en nuestras entrañas.
1 comentario:
Hola, preciosa luz en el camino para el virus, tanto la vacuna como el poema. Saludos
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