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24 de octubre de 2018

Su cuerpo

No querían,
tocar su cuerpo,
en toda la ciudad.

No ayudaba,
Un cartel incomprensible,
en lo alto del cielo.

Nadie,
en Madrid,
lo quiso tocar,
hasta llegar,
al último hospitalario,
por la definitiva piedad,
de la ciencia.

En su odisea,
la música arrastrada,
que le atravesaba,
una sierra melódica,
por nuestros corazones.

Al amanecer,
el heraldo mudo,
del negro café,
Y el silencio,
de la claridad, 
sin campanas.

"Nadie"

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