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5 de mayo de 2022

El Queso

 

En el alto Orense,

cepillado y lavado,

tomó Elena,

de la cueva el queso,

con los olores antepasados.


Nada más

llegar a la plaza, 

notó la agitación,

las miradas febriles,

desde la ventana,

de las Sanchís 

recién llegadas,

y de fondo,

el cántico desgarrado,

de Roberto,

mientras Julia,

dormía agitada,

sonoras pesadillas, 

de peso y precio. 


Era demasiado pronto,

no había fermentado

suficiente, la esperanza.


Volvió más lenta,

al silencio generoso,

de la cueva,

y lo depositó,

hasta saborear, 

días más luminosos.


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