“Cualesquiera que sea la edad de los enfermos,
es su vejez quien sufre"
Jacques Prevert
El Hospital, más longevo,
que él,
le buscaba espacios y tiempos,
que el virus ya devoraba.
El pánico inundaba,
al veterano doctor,
Y a la joven víctima.
Pero al viejo gladiador
le surgieron enérgicas,
palabras de ánimo.
En respuesta,
la mirada del joven,
le llevó más allá,
al bello tiempo lejano,
de su juvenil aprendizaje,
volviendo con la luz curativa,
del diagnóstico, y agigantando
las providenciales medicinas,
en una alquimia esplendorosa.
Por fin tras los minutos críticos,
aquel martes de abril,
aquélla misma luz,
les envolvió en la gracia,
de su supervivencia.