No fue el amor
violento y frío,
de Enrique Lihn,
el de los puertos
Fue tierno, pero
con tanto placer,
que se elevó
espasmódicamente,
como un titán,
sobre ella
para caer fulminado,
cubriendo su hermoso cuerpo.
Quizás la mejor muerte
Y el peor recuerdo.
Nadie volvió,
a susurrar
su nombre así.
Y no fue,
el amor frío
Y violento de los puertos.