Entre culpables y víctimas.
hay gente extraña,
de mediana edad,
que consuela educadamente,
cortésmente inquietante,
muy extraña.
Entre culpables y víctimas.
hay gente extraña,
de mediana edad,
que consuela educadamente,
cortésmente inquietante,
muy extraña.
¿Podría suceder que volviera sin maldad, de niño?
Giuseppe Ungaretti
Podrías volver,
más arduo,
sin maldad,
que niño.
¡Volver!
Esperanza
de tu vejez,
no de la mía.
No lo hagas,
Ya sentenciaste tu vida.
O quizás,
Ya lo hiciste,
desde ese astro loco,
de tanta soledad,
y has crecido inadvertido,
madurando tu inocencia,
en el implacable tributo,
de las sombras,
con amor,
de brazos nuevos,
de Siracusa
con luna.
¡El amor!
¡Cómo va a ser,
bálsamo de tu mundo,
si tu amor privado,
tan tormentoso,
lo extiendes
a tantos olvidados!
Y todo ello,
más difícil,
en actos justos,
ante la condescendencia
de los fuertes,
siempre preferidos,
y tan ajenos
a tus sueños.
Tu devoción
a la justicia,
aunque viene
de un despechado amor,
tiene raíz sagrada,
pero con tus fuerzas de hoy,
no debes exponerte,
en ese lugar temible,
sería una visión insoportable,
para muchos de nosotros,
y condenada al olvido.