Ahora, no se que
viento escuchan,
ni si miran
alguna estrella,
pero iban siempre
avanzando,
en sentido contrario ,
a las agujas del
reloj.
A veces,
encendían los mapas y las guías,
como una
revelación,
pero luego,
les invadía la
obscuridad,
y aferraban ¡ Con
tanta fe!
el hilo
interminable ,
que no brillaba.
Son los inocentes
e inolvidables,
amigos del laberinto .
¿Se perdieron?
Alguien contó,
Que Alfredo ,
y el atrevido
Julián gritaban:
¡LABERINTO
¡ ¡Tus planos ¡.
Fue hace algún
tiempo,
desde este
silencio de su recuerdo.
“Antonio inmovilizado en las palabras del laberinto".
“Imagen del Mito “de Joseph Campbell.